Mire a los increíbles ingenieros de la NASA reaccionar en el emocionante video de Mars Lander

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Anonim

El aterrizador InSight de la NASA llegó a Marte de manera segura poco antes de las 3 p.m. EST el lunes. Su éxito marca el comienzo de una misión de exploración de dos años de duración de la superficie y el interior de Marte, que lleva una década en su fabricación y ha costado alrededor de 1.000 millones de dólares.

La sonda sobrevivió a lo que la NASA ha denominado sus "siete minutos de terror", la serie de maniobras delicadas que tuvo que realizar para detener su aterrizaje. Una vez que el mensaje de audio “confirmado de toma de contacto” llegó a través de la atmósfera en el Control de la Misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California pasó de una biblioteca silenciosa a una fiesta de casa de nerd.

Toda la sala de monitoreo estalló en aplausos, bofeos y abrazos. Dos ingenieros de la NASA incluso rompieron un apretón de manos celebrado con coreografía para la ocasión. Su hijo interplanetario había llegado a su nuevo hogar y estaban orgullosos.

InSight ha estado en el espacio desde su lanzamiento el 5 de mayo desde la Base de la Fuerza Aérea Vandenberg en California. Tomó 205 días recorrer 301,223,981 millas a una velocidad máxima de 6,200 mph.

Durante su descenso a través de la atmósfera marciana, alcanzó velocidades de hasta 12,300 mph. InSight se desaceleró usando un paracaídas masivo y 12 cohetes para posarse con gracia en el regazo sísmico de nuestro vecino planetario.

Los años de trabajo culminaron con este procedimiento de aterrizaje de aproximadamente 20 minutos que determinaría el resto de la misión InSight. Es fácil ver por qué los ingenieros de la NASA fueron tan exagerados, especialmente cuando la tasa de éxito de la agencia para la misión a Marte es solo del 41 por ciento, según los informes CNN

Ahora, InSight comenzará a recopilar datos sismológicos, de temperatura y de ubicación en el planeta rojo para ayudar a los astrónomos a comprender mejor los procesos internos de los planetas rocosos y tal vez incluso detectar agua bajo tierra. Esto podría ofrecer percepciones en la historia geográfica y ambiental de Marte, pero también de nuestro propio planeta.